lunes, 2 de noviembre de 2015

En el circo continuaba la función. Los trapecistas, desde lo alto y desafiando a la muerte, pintaban en la cara de los espectadores un gesto de asombro y admiración. en contrapartida, estaban aquellos payasos cuya sonrisa era tan frágil como el maquillaje que la dibujaba. Esas sonrisas amargas, falsas, ocultaban un sinfín de travesías tristes de esas que la vida se encarga de presentarnos día a día.

Bajo la carpa nadie podía imaginar que detrás de esa pintura se ocultaban las lágrimas, la nostalgia, el hambre. Los niños ríen porque los payasos lloran; de otra forma no funcionaría, toda acción tiene una reacción igual y opuesta.

En las "carpas" de cartón de algunos payasos sólo se oía la lluvia, el llanto, una radio vieja a pilas cantando un tango desganado, la pancita de los botijas rugiendo de hambre. Sin embargo, en el circo parecía que todo aquello se desvanecía por unos instantes, brindándole alegría al barrio se podía llenar el vacío de la existencia.

Hay muchas cosas en este mundo que me hacen sufrir. Una de ellas es la nariz roja de estos arlequines de vida anónima, desconocida. Me amarga la brillante sonrisa de un bufón.

Cualquier parecido con un murguista (no) es pura casualidad.

jueves, 29 de octubre de 2015

In the back of my car
I carry a couple of bags
Smelling like shit
I'm drivin' right to the south

AC/DC and Black Sabbath
The route is now mine
Moaning outta my stereo
Another bottle of wine!

Blood fever! Blood fever!

Fuckin' everyone around
With this devilish sound
My trunk is dripping some blood
I have the cops in my back.

Well, I don't give a fuck
I'm just gonna kill 'em all
I have my .45
GOOD-FUCKIN BYE!

Imminent Nervous Breakdown

Cold wind enters from my window,
the bedroom's still warm.
Not even your absence can change it,
Why is everything so damn calm?

I can feel it coming, it cannot hide from me.
My hands sweat as the fear grows,
deep into my guts, agony shows her face
and walks to me really slow.

As it was some kind of ghost,
an angel of sudden death,
it bites strongly my thoughts
and swallows my deepest wealth.

Emotions.

Last emotions left.

Why am I trembling?
"Who's there? Show your face!"
Wish I'd never said that words.
Horror made flesh on a blaze.

Frozen veins, no feelings left.
Evil thoughts run through my brain.
Self-destruction, self-hatred.
I want to break free from this pain!

Would this be my requiem?
Would this be my last breath?
Suddenly, i feel my soul leaving.
Now i'm free from death's threat.

Death of a cold winter.

Winter's dying,
what the heck.
Newborn flowers
for my incoming death.

Lights of the city
can't show me the path.
Slow motion, unhappy days...
reminds me always to the past.

I've got a crown of thorns
My face turning red as my blood runs cold.
Beady eye, I can feel it,
fading to black, dying memories in my mind;

memories bleeding from my throat.
Feels like falling into pieces,
a hole in my chest grows and grows.

May my body rest in suicide beaches.

Cut

As the shadows fall,
the razorblade
carves my skin
in mysterious ways.

I bleed by my veins,
my forearms turned red.
Flooding the floor,
blood drops unleashing pain.

Perfect lines in my arms,
liquid red down the drain,
mutilated flesh;
dwell goes down the drain.

Every single memory
is a mark of pain.
No one's around,
I'm alone in my wasteland.

I can't blame you
or anyone else,
winter froze me
and summer died on pain.

Sheets of notebooks fall
down from the trees
and I had to learn
to write on leaves.

Cold wind blows
in my heart
as it bleeds like a river.
Now I feel alive!

Is this my forehead
or my feet?
I stand in front of the mirror
and I can't see me.

"Rain falls down"
my window says,
nothing but grey...
creeping images would end my days.

miércoles, 14 de octubre de 2015

La vida en patines

Volar. Volar, sentir el viento en la cara, ser libre de veras por unos momentos. Caerse y levantarse constantemente para conseguirlo. No hay nada mejor que eso, un espíritu liberado que vuela sobre el pavimento y ni siquiera el derrame de sangre lo para.

La vida puede tener atisbos de belleza en esas ocasiones, cuando las rodillas se flexionan y la velocidad aumenta a cada patada en el suelo. Vale la pena romperse el cuerpo para curarse el alma, eso es absoluto.

El vértigo es una sensación alternativa al dolor físico que nos ayuda a sobrellevar con paciencia el devenir del mundo, las vicisitudes del pasado y del presente, y la niebla del futuro. Aquellos débiles que no podemos lidiar con lo "real" (es decir, todos) nos creamos nuestros propios fantasmas.

Pero a veces la vida sólo es estar vestido de negro, bajo la lluvia, en una esquina con un paraguas y un fondo musical tétrico y gris, música de piano y una voz de ultratumba. Entonces es que resbalamos, esa lluvia nos hace caer de nuestro vuelo, perdemos el vértigo y caemos sobre la calle sobre nuestros codos, y sangramos, sangramos, sangramos. Nuestras rodillas se tiñen de rojo punzó y quizá entre las gotas de la lluvia se camufle una lágrima...

Así es la vida en patines.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Caminar y sentir en mis pasos
tus palabras que arrastro
sin poderlas levantar.

Caminar y pisar en un charco
esperanzas de barro
que limpian mi pensar.

Cuando aquel letrero me gritaba
sentí en mi cara tu canción de renacer
pero al fin me alcanzó la mañana
plantado en el andén.

Y no era tu cara, era un revés
del dorso de tu mano fría,
que se clavaba en mi mejilla
como una vara de espinas.
Bitácora de un pasado sin presente.
Rejunte de versos sin sentido.
Sentidos que se mezclan en tu simiente.

Retazos de una vida que se cierne,
impune bajo un puente félido y canino,
de cristal vintage y frivolidad.

¿Qué puedo decirte que no sepas,
si en mi cara me delatan las muecas,
las muelas, el temblor, la sonrisa forzada y sincera?

¿Qué puedo hacer para ser tuyo
y que no me descartes en volutas de polvo?
Por favor, dame una respuesta.

Muero lentamente en este lecho,
agonizo a veces, otras desaparezco,
no hay dónde ir si no estás.

Aislamiento

El contorno de mis ojos se va enrojeciendo a medida que pasan los minutos en la noche. El ronroneo de la gata se asimila al efecto de las pastillas, que acompaño con cigarros. Es evidente: otra noche de insomnio que no pasa inadvertida. Dentro de mi cabeza suena lejano el parlante de la computadora, Joy Division. Ian Curtis diciendo "I've got the spirit, but lose the feeling"... nada más cercano a la realidad. Estoy tranquilo. Estoy tranquilo. Estoy tranquilo pero algo no me deja dormir. Mi cabeza se llena de pensamientos e imágenes horrorosas, recordando también cosas que nunca sucedieron. ¿Estaré experimentando una vida paralela que se toca en este punto con la que ya conozco? ¿Imagino cosas? ¿Me estaré volviendo loco? Si es así, pues tengo miedo de estar cuerdo.

Estoy tranquilo. Tanto que asusta, pero la realidad es que no siento nada. el "miedo" a estar cuerdo no es sino una bobada imaginaria que hace que tenga la ilusión de sentir algo, pero por estas venas ya no corre nada, se drenaron y están secas y gélidas. El humo y la manta me mantienen templado, quizá eso me mantiene vivo, quizá por eso no me levanto de la cama si no es estrictamente necesario. Estoy recayendo en algo que creí haber sobrepasado, y esta vez es peor. El vacío es aún más grande,

Me encantaría llenar mi cabeza de colores y formas divertidas en este momento, ya, evadirme por completo y para siempre. Pensándolo bien, quizá no tengo miedo de volverme loco, quizá sea lo que más quiero en este mundo y quedarme abstraído en una conciencia alterna donde no existe algo llamado "afuera". No me importan las reacciones de ese afuera; total, ahí yo no soy más que un número, una estadística.

Sí, mi ánimo es estable, estoy tranquilo. Estoy tranquilo. Pero no siento nada. ¿Tengo que seguir tomando medicación si voy a vivir así, como una planta? No me gusta la idea, pero tampoco me agrada pensar en volver a sentir dolor... y me surge la pregunta, mientras improviso estos párrafos que no dicen nada, o que dicen mucho (según quién los lea): ¿Quiero sentir cosas? Si ninguna de las opciones vale la pena, ¿para qué vivir? Ah, no, qué trágico que suena. Por ahora prefiero seguir siendo un espectro que se pavonea por el mundo con el orgullo de tener el alma tan curtida al punto de que nada me importa lo suficiente.

Yo sé que la gente que me conoce realmente me mira raro. Me evaden. ¿Se piensan que soy estúpido, que no me doy cuenta? Puedo parec(s)er un zombie, pero tengo la capacidad de pensar, y pienso mucho, aceleradamente, precipitadamente, aunque en orden. Todavía.

Las cosas que me llenaban, hoy no me sirven ni me ayudan. No me interesa salir a tomar, después del último papelón. Tocar en vivo me importa tres carajos. Cantar... bueno, la última experiencia apestó. La guitarra no me está entendiendo, o yo no la estoy entendiendo a ella; de todos modos, si es que siento algo todavía, es amor por ella, así que no la voy a dejar. Quizá sea quien me mantiene acá.

Todos estos pensamientos se están disolviendo junto con la pastillita abajo de la lengua, quizá sea ella quien remate esta noche insomne y mañana de tarde me despierte con ganas de hablar con alguien. Bueno, en realidad tengo ganas de hablar con alguien, pero no me supo entender y se alejó. Otra rasgadura en la ropa (esta vez ya no en la piel, hay muchas y no quiero estropear mis tatuajes), otra vez a mi pozo solitario. Ella tan hermosa, sensible, frágil, consciente; yo tan... yo.

Tengo que despertar a Bridghit dentro mío para que ilumine un poco este calabozo solitario, Quizá con su luz pueda brindarme algo de calor.

"Mother, I tried, please believe me! I'm doing the best that I can. I'm afraid of the things I've been put through, I'm ashamed of the person I am... ISOLATION!" - Ian Curtis.

martes, 23 de junio de 2015

Décadence

Jugar a la vida en el patio de atrás,
una gran idea, y que no nos agarren.
Tu cuerpo y el mío dibujando círculos,
trazando líneas irregulares, triangulares.

Manifiestos de poesía décadent
se erigen en papeles de servilleta,
donde sólo uno mismo los puede ver
a través de una terrible silueta.

Sonrisas en el jardín, tristezas en el bar.
Así transcurren los días melancólicos,
tremendistas, fatalistas, corren sin parar,
tras una rima que produzca cólicos.

Resacas de boliche trasnochado,
jugarretas de la vida de bohemia,
una vastísima epidemia
de poesía sin presente ni pasado.

Verás que no soy prolijo;
prefiero un estilo bruto, austero.
Crudo entre tanta solemnidad,
seriedad y bichos rastreros.

No es más que un reflejo,
tan sólo un reflejo de lo que soy.
Un decadente, un mediocre indiscreto
Insulto a la poesía, y en eso estoy.

Fuego fatuo II

La Luna vierte su líquida luz sobre una osamenta que descansa por siempre en el pasto. Aquel pobre animal, abatido y carcomido por las larvas, hoy es un hermoso espectáculo para ver de lejos sin acercarse. Dicen que dentro de ese cráneo moran los demonios, Mandinga aguarda la torpeza de aquel que ose acercarse, para llevarse su ánima a lo más recóndito de sus infiernos.

¿Qué más quisiera yo que adentrarme en sus dominios hádicos, como un espartano que lucha contra un destino intransigente? Sin embargo lo cambia y se siente a gusto entre el fuego infernal, besado por las lenguas píricas que lo guardan del frío de la soledad. 

Me atrae hacia la osamenta tu cuerpo ardido de pasiones desconocidas, como Hécate guiándome hacia un nuevo comienzo, o como una sirena en el agua, ocultando macabras intenciones que conozco de antemano; me llevarías hacia aquellas profundidades para que alguien descargase sobre mí una infinidad de hebras ínfimas de oro fundido, para matarme y cobijarme para siempre en un sarcófago dorado cual sol brillando sobre tu cabellera.

Entre el pasto cubierto por la escarcha es más fácil aún ver el resplandor lejano. La luz pasa por los microscópicos cristales de hielo, aumentando la magnitud lumínica que me atrae, cada vez más hipnotizado y con tu voz resonando en mi propio osario natural. No es la cal lo que quema mis huesos, no. Tampoco es aquel fuego lejano. ¿Qué será? ¿Será, quizá, la luz del cielo de Selene y su séquito de estrellas? ¿Serás vos?

Sin dudas. No hay más preguntas por hacer. Sólo esperarte, que tomes mi mano, y nos vayamos juntos a donde nadie nos vaya a encontrar: el Inframundo de Hades.

Fuego fatuo

Te llamo, por una vez,
en tono solemne.
Como si el ígneo ardor
de tus mejillas casi rojas
fuesen el fuego fatuo
donde se queman mis esperanzas.

¡Luz mala! Aquella,
la que temen los campesinos,
los niños y los citadinos.
Los muertos vivos
y su querella indolente
que marca el viejo trino.

Fosfóricas apariciones
en tu frente, en tu cara,
en tu boca, en tus ojos.
En los míos, en los de él,
trágico final para esto,
una comedia sin fin.

Me enamoro del resplandor,
la oscuridad sumida
tras esa belleza inconmensurable.
¿Qué mata las pasiones
más que la vida grisácea?
Pregunto y nadie responde.

La respuesta está en tus manos.
Manos de terciopelo azul,
rojo, verde, dorado,
tornasolado.
Suavidad que deseo y no tengo;
aspereza que tengo y no deseo.

Vuelvo sobre mis pasos,
quiero recordarlo todo:
desde que mi sangre hirvió,
por primera vez, al verte
impasible y rabiosa por dentro
en llamas y dichosa por fuera.

martes, 12 de mayo de 2015

Hay una brisa golpeando mi cara,
como  un suspiro de tus labios rojos
que tanto deseo
que tanto sueño.
El murmullo de tu voz y tus palabras
resuenan en mi cerebro,
tus pasos en mi cráneo vacío, pulido;
limado, para hablar en criollo.

Ojalá pudiese estar leyendo tus ojos ahora
y tus párpados
y tus mejillas
y tus sonrisas con mensajes ocultos.
Todo está tan lejano hoy,
como nunca, como siempre.
Ya veo venir el final, como
un manantial agotado,
agotándose. Sí, en gerundio.
Asintóticamente.
Como aquel cabello rubio que se acerca
a tu cara, hermosa y pálida...

Y sin embargo no llega nunca, como yo.
Cómo me gustaría volarte la cabeza
con mis palabras.
Enamorarte, llenar tus venas del veneno.
veneno impuro de amor. Casi una total desconocida.
Y así, jugar la vida en tu ruleta,
olvidar que existió un pasado
para que sólo existas vos.

lunes, 11 de mayo de 2015

Siempre pienso en mi piel cubierta por una fina capa de hielo, escarcha, o lo que fuese. La cuestión es que sea una gélida protección, frágil e incorruptible. Cuando se resquebraja el hielo, bajo la temperatura para que se recomponga.
¿Por qué el hielo? Por el daño. ¿Por qué el daño? Por dejarme amar mal. Nunca más. Hoy no soy un fino cristal que cubre un cuerpo, hoy soy un témpano. Hay un sólo camino para descongelarme.

Ya no permitiré que te acerques con fuego, porque voy a congelar tu antorcha de un silbido...
Quemarse a lo bonzo en un teatro italiano es quizá como ver el espectáculo desde las gradas más altas, empezando las llamas tras bambalinas y salir a escena, posteriormente, como un dios griego. Las tablas del suelo que se queman revelan los precarios camerinos donde se encontraba la vida, que se extinguió entre lamidas furiosas de plasma. Mientras el escenario se convertía en carbón y ceniza, las chispas alcanzaban los asientos aterciopelados de la primera fila, y los espejos dispuestos sobre los costados del teatro parecían aumentar el hermoso resplandor dorado de los restos incandescentes, mientras los haces de luz parecían líneas rectas trazadas en el espacio que el humo brindaba.

Las ratas huían por los túneles que existen por debajo del teatro y todo fue paz y alegría. El teatro estaba lleno: sólo había un espectador, y estaba sobre el escenario. Una verdadera veneración al Dios supremo, regalando cuerpo, mente y espíritu. Tierra, agua, aire y fuego.

La gran diferencia entre quemarse y ver cómo se quema otro sólo consiste en el uso del monóculo, de nariz repingada, burgués y lo patético de no participar.

En la bida ai ke qemarce, seniorxs.

Et toi, comment tu t'appeles?

En la sangre, las venas. 
En las venas, los brazos.
¿Qué pasó con quien decía 
«mejor fuera que adentro»?
Un ejército de vibraciones 
dejan a un lado las preguntas,
nos regalan flores 
y poesía 
y párpados 
y escombros.
Nos regalan un libreto,
casi en blanco, esperando.

Entre el congelamiento está el calor. 
Sí, lo sabés.
Lo sabés porque por dentro 
tenés aquellas venas
que están dentro de tu sangre.
Sangre que hierve en una vena helada
es sangre que merece ser apreciada.

Tu sangre, sangre de artista,
poetisa,
actriz.
Una luz negra bajo un manto soleado.


Y tú, ¿cómo te llamas?

viernes, 1 de mayo de 2015

El muerto se levanta desganado y camina un paso hacia la realidad, esa de cada día, en las que el reloj hace girar sus agujas como si fuera un ventilador y al mismo tiempo con la dura sensación de que el tiempo no avanza. Lo único circular que el muerto le ve al tiempo es, justamente, la dirección de las agujas, no lo concibe de otra forma. ¿Es que acaso se lo puede ver de otra forma, cuando lo único que se espera de él es el deterioro y sus trágicas consecuencias?

En este esfuerzo por dar el paso hacia la cotidianeidad, se implica necesariamente una intención (al menos mínima) de avance hacia un futuro nebuloso, inestable, casi inexistente. Un riesgo difícil de tomar para quien teme incluso al presente; un puente de maderas en estado dudoso que se debe cruzar bajo lluvia.

Pero... ¿por qué, con qué fin?

Ya echamos el resto, no hay vuelta. El partido ya está perdido.

domingo, 12 de abril de 2015

La habitación

El cristal turbio. La luz de la luna entra a duras penas en la pequeña habitación; la oscuridad es tal, que al entrar el haz lumínico, se pueden observar las pequeñas partículas de polvo que sobrevuelan en el ambiente. Las paredes blancas, sin embargo, apagaban la oscuridad reflejando aquella luna pálida de abril. Es una habitación seca, fría (a pesar de que el suelo era de fieltro), llena de libros viejos amontonados.

Una figura de cartón representa la figura de una mujer. Está sobre un mueble construido en madera de roble. No tiene cabeza, brazos ni piernas... es sólo un torso gris con cuello, un viejo proyecto de artes del habitante del cuarto. A su lado, una pequeña casita hecha de madera —que alguna vez pretendió ser una lámpara— reposa tranquilamente sobre la suciedad de la superficie.

Hay también un cenicero repleto de angustias y secretos, cuyo guardián prefirió fumarse antes que expresarlos. El papel sirve para muchas cosas, no sólo para escribir. El tabaco restante en las colillas de esos cigarros armados a mano es el último cómplice de aquellos misterios enterrados para siempre.
El acolchado, color rojo sangre, está totalmente desparramado sobre la cama y las sábanas brillan por su ausencia, salvo la de bordes elastizados, que está llena de hebras de tabaco, polvo y brillantina de un viejo carnaval.

La cama vieja tiene aproximadamente sesenta años. No es broma. Es heredada; de cuando las cosas se hacían para durar. Es estilizada a pesar de la historia de pobreza con la que carga. También carga con un pentáculo colgado, con la punta del espíritu apuntando al cielo. Sobre la cama, el colchón sosteniendo todo lo mentado anteriormente, y algo más.

Al lado, la mesita de noche. En ella hay veintitrés libros apilados en una sola columna, un paquete de tabaco, otro de hojillas, unos cuantos encendedores, fósforos, vasos vacíos, blisters llenos de pastillas y otros vacíos. Hay una navaja, un Athame, una Gilette falsa y una verdadera, dos serpientes de goma, un par de lentes, una libreta y un lápiz. Una mesita un poco macabra.

Dos guitarras mudas hay en la habitación. Dos guitarras que alguna vez supieron vibrar al ritmo del dolor, de la pasión, del amor, del desinterés, de la agonía. Las guitarras que pasan sin pena ni gloria por este mundo, que sólo salvan una vida ocasionalmente. Guitarras. Guitarras. Los únicos amores verdaderos del mundo, las guitarras. No son celosas, y son las mejores compañeras.

Una silla sostiene una pila de ropa con poco uso. No hay mucho que agregar, mejor volver a la cama, ignorando los infantiles cuadros de las paredes, la ropa, los libros y los modelitos en madera y cartón.

El colchón está sosteniendo un cadáver en este momento. Sí, mientras tú lees esta bazofia, hay un muerto en vida que escribe para tí. Para que me veas por dentro, conociendo sólo los detalles de afuera. En la parte de pared que da contra mi cuerpo no-muerto hay manchas de sangre y pegotines de estrellas que brillan en la oscuridad.

Buenas noches, mi amor.

sábado, 11 de abril de 2015

a VECes

Muero POR DEntro y no QUIerO resuCITAR
mieNTRAS no teNGa unA RAZón paRA haCERlo.
Quizá no sea la mejor forma.
Mis letras están podridas y lejos de la belleza.
Mis letras salen de las cañerías de la lejana ciudad vecina.

Porque ahí me obligan a forjarme.

Hoy escribo por escribir.
Porque se me da la gana.
Porque no quiero que rime nada,
y porque no quiero seguir

aplastado,

mo
ri
bun
do.

A veces
            es difícil
parecer
            un humano
entre la
            humanidad.

Siento cómo voy siendo cada vez más pequeño,
y me escondo igual que siempre, en mi carcaza.


Mi causa no es otra que la tuya;
tu captura, mi rendición.
¿Redención? No la conozco
A esta vida le falta ser un comprimido recubierto

Tu semblante inequívoco parece desconfiar,
noto tu vista clavada en mí, por unos
pocos segundos que parecen
ser horas muertas, sólo
pienso en poder
guardarlas
en mi
bols
ill
o
                      ¿No hay nada para decirte? Sí:
Y
no
habrá
reglas que
me impidan ser
esto que soy ahora
aunque me avergüence,
y no pueda siquiera mirarte
a la cara. Esa hermosa cara de oro,
purpurina, ópalo, circonio, marfil, tuya.

Quién pudiera poseer semejante ardor en la mirada
Quién pudiera.
Compadre, si usted la viera... se quedaría mudo.
Compadre.

Si me viera en este momento ella, compai.
Ella sabe que no parezco más que un raído colchón
como el de la hermana de la coneja.

Y
quizá
sólo
eso
soy.

YO.


XI - IV - XIV

lunes, 6 de abril de 2015

Desperté hace una hora, sin razón, pudiendo haber dormido al menos unas horas más. El asedio de la tristeza de anoche fue muy fuerte... una suerte de ataque terrorista que devino en una bomba de llanto y dolor, dolor, dolor. ¿Cómo voy a levantarme de esta cama, si ni siquiera tengo ganas de respirar? Parece que esta mañana va a ser una lluvia de cuchillos y navajas sobre mí. Ojalá llueva para limpiar todo este rencor, el sufrimiento, lo que sea que llevo dentro carcomiéndome.
...
Oh, La lluvia, por fuerte que sea, no va a limpiarme por dentro.

jueves, 2 de abril de 2015

Sentirse una partícula en el universo. Serlo, ser consciente. Confundirse ante la inmensidad del infinito.
Ser un cardenal sin jopo rojo, negro y sin brillo entre una bandada de pájaros alegres y multicolores.
Ser.

Todo una mierda.

jueves, 5 de febrero de 2015

Función Trasnoche

Función trasnoche,
Pasan los coches, taxis y los colectivos
sin abrigo, sin monedas ésta noche.
El verano les da frío.

Función trasnoche,
en carne viva que otra vez se descompone
entre gritos y alaridos de cagones.
El calor los hace torpes.

Hace tiempo que no escribo una canción
Porque no me llena una mueca de compasión,
ni una mirada de fulgores de mentira,
no es la llama que se aviva, me pudrí de la ilusión.

Y en mi interior
no hay nada que pueda servirme de consuelo
soy como un viejo buscándole caramelos
a su nieto que ya se murió.

Telón cerrado,
Tímido aplauso entre las luces de las velas
una cabeza o dos que quedaron despiertas
juntan sus manos con sentimiento de pena

Telón cerrado y ya,
ya todo el mundo se había ido hacía rato
Nadie quiso ser el cáliz del teatro
y llenarse con lo vano del glosario.

La entrada es gratis sin embargo nadie vino
hoy la luna no es de Leo, es de taurinos
que pasan por ahí delante y se cagan en el frío
del actor, del trapecista, del sendero, del camino.

Y en mi interior
no hay nada que pueda servirme de consuelo
soy como un viejo buscándole caramelos
a su nieto que ya se murió.

29/enero/2015 - 2 de la mañana