lunes, 6 de abril de 2015

Desperté hace una hora, sin razón, pudiendo haber dormido al menos unas horas más. El asedio de la tristeza de anoche fue muy fuerte... una suerte de ataque terrorista que devino en una bomba de llanto y dolor, dolor, dolor. ¿Cómo voy a levantarme de esta cama, si ni siquiera tengo ganas de respirar? Parece que esta mañana va a ser una lluvia de cuchillos y navajas sobre mí. Ojalá llueva para limpiar todo este rencor, el sufrimiento, lo que sea que llevo dentro carcomiéndome.
...
Oh, La lluvia, por fuerte que sea, no va a limpiarme por dentro.

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