jueves, 17 de abril de 2014

Rápido, océano.
Sal sin apresurarte.
No arriesgues.

Despacio, viento.
La mar descalza
espera tu risa calma.

Viento, océano:
Dejen de reñir,
me ahogo.

¡Si pudiera no!

Si su apaciguadora risa
llenase el espacio,
si sus manos me acariciaran,

entonces,
no tendría miedo del agua.

Ni del viento ni de las olas
Ni del mar ni de los huracanes.

¿Y si mientras la pienso
me arrullara su aire?
¿Y si me acariciara su oleaje
mientras la vivo?

¡Si tan siquiera tuviera
un alga para regalarle!
¡Si pudiera darle
un diente de león!

¡Si pudiera sí!

Viento, corriente analgésica
exceso desorientador.
Productor de mareas.

Viento, dile al océano,
dile, sólo dile.

Dile, y cuando le digas
que no sepa que soy yo...

quien la quiere.

Quien la necesita.

Quien la adora.

¿Quién?

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