miércoles, 4 de septiembre de 2013

Otra noche de desvelo, llenando de humo el vacío que me invade. ¿Cuántos secretos entran en un cigarro? Maldita analogía; quemando tus recuerdos pero tragándomelos. ¿Sabés? No, no sabés. Estoy harto de preguntarme cosas a mi mismo, pero no puedo evitarlo. ¿Cómo compararte, sin que te des cuenta, con un vaso de algo o con un sonido? Buh, clichés. Yo no quiero compararte, yo prefiero saber dónde encontrarte para saber cómo matarte dentro de mi. Todavía tengo tu voz en mi garganta, necesito apagarla. Ni cuatro o cinco whiskys son suficientes, necesito más. Aún tengo tu piel sobre mi carne, una hoja de afeitar no alcanza.

Toda esta introducción mundana para algo más mundano aún. Te extraño, soy un idiota. Pero pensándolo bien, capaz que no sos vos lo que extraño. Capaz que son pequeñas cosas de vos (o no, capaz que eran generalidades) que se juntan para crear algo más grande, más fuerte y más importante, y que cuando esto se va, solo produce la sensación del vacío.

Sí, es eso. No sos vos, es eso. Es eso, estoy seguro.

3 comentarios:

  1. Gracias por "cuántos secretos entran en un cigarro". Gran frase!

    ResponderEliminar
  2. Gracias por "cuántos secretos entran en un cigarro". Gran frase!

    ResponderEliminar
  3. Úsela a su gusto, donde quiera y cuando quiera. :)

    ResponderEliminar