miércoles, 7 de mayo de 2014

El Sol sigue tus pasos de estrella fulgurante,
Cecilia, como si fueras su guía.

Se ilumina el mundo a tu andar
y el amarillo de las hojas
parece más verde
cuando lo observas.

La luz se refleja
en tus iris
y en tu piel
y en tu cara cuando sonríes,
y se te marcan los costados de los ojos,
mostrando tu sinceridad
y la pureza de tus gestos.

Todas las horas contigo son "mi hora brillante",
no sólo cuando estás,
sino también cuando vienes a mi mente
y el sonido de tu risa se mete en mis adentros,
purificándome.

No hay comentarios:

Publicar un comentario