lunes, 30 de diciembre de 2013

No puedo dormir. Es decir, pude durante un rato, pero luego me desperté y la cabeza se encargó de hacer lo suyo, como siempre. Quiero depurarme, la situación ya se empieza a tornar insoportable. Tengo ganas de escribir tantas cosas, pero todas ellas me suenan a clichés (como esto mismo que estoy escribiendo ahora). El sentirse solo, traicionado, dolido... el sentimiento de no saber quién sos, todas sensaciones repetidas hasta el cansancio por todo el mundo, ni siquiera eso me define, la gran puta.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Sentir en los brazos el goteo del tiempo, mientras mis pies se enriedan entre las hormigas en lo profundo de una nube verde de tierra, hojas y momentos. Mis ojos se derriten lentamente sobre un hielo que se ríe de mi, esquivando mi mirada profunda posada sobre él. Ver el mundo boca abajo, como un murciélago al derecho que contempla las imágenes con ultrasonido.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Cómo viaja la noche sobre un prado verde de nadas agrupadas. Cómo la materia se va desintegrando de a poquito evidenciando el espacio creciente entre sus partes. Tranco, sigo, paro. Abandono este cuerpo, me voy, lo dejo al menos por un rato para poder sentir sin condicionamientos. Me declaro libre al fin sobre este pedazo de tela, testigo y soporte de lo que quede de mi en mi viaje momentaneo, emancipación divina (o no tanto), liberación, desapego, nada.

Se dibujan los campos en el interior de mis párpados, para que pueda recorrerlos incorpóreo y libre, relativo. Dejo atrás toda experiencia para rellenarme de nuevo con otras cosas que me sirvan para crear un nuevo yo, desprovisto de todo lo que me envenena. Purificación espiritual, podrían llamarle. Yo prefiero decir que mando todo a la mierda.